Cristina García Rodero, nacida en Puertollano, Ciudad Real, el 14 de octubre de 1949, y primera marquesa del Valle de Alcudia, es una destacada fotógrafa española reconocida por su captación de fiestas y ritos, tanto tradicionales como contemporáneos. Inicialmente, su obra se centró en la España rural, plasmada en su aclamado libro "España oculta" (1989). Con el tiempo, su lente se expandió para abarcar realidades de otros lugares, como Etiopía, Haití e India.
Cristina de Middel, nacida en Alicante en 1975, es una destacada fotógrafa documental y artista española que desarrolla su trabajo entre Brasil, México y España. Antes de adentrarse en el ámbito artístico, ejerció como fotoperiodista para diversos periódicos españoles y organizaciones no gubernamentales. Su talento fue reconocido en 2017 con el Premio Nacional de Fotografía, y en 2022 asumió la presidencia de la prestigiosa Agencia Magnum.
Eulalia de Abaitua Allende-Salazar, nacida en Bilbao el 25 de enero de 1853 y fallecida el 16 de septiembre de 1943, fue una destacada fotógrafa española. Reconocida como la primera fotógrafa documentada en el País Vasco, su obra se distingue por la excepcional calidad técnica de sus imágenes. Abaitua capturó con maestría las costumbres, fiestas y tradiciones de su tiempo, ofreciendo un valioso testimonio de la sociedad vasca del siglo XIX y principios del XX.
Su enfoque innovador se centró en el interés social y humano, rompiendo con la tendencia predominante de sus contemporáneos, que solían limitarse a retratos de estudio o monumentos. Abaitua, en cambio, buscó la autenticidad en sus retratos al natural, dotando a sus sujetos de una vida y una personalidad únicas. Además, su obra destacó por otorgar un protagonismo especial a las mujeres, capturando sus faenas y actitudes cotidianas con una sensibilidad y respeto que la convirtieron en una pionera de su tiempo.
En Sicilia, la fotografía periodística con la que Letizia Battaglia (1935-2022) debutó a mediados de los años setenta, se vio obligada a convivir y ser testigo de las brutales guerras mafiosas que ensangrentaron aquella tierra durante un cuarto de siglo. Battaglia, una de las testigos más valientes de su época y la única mujer que ejerció esta profesión, capturó con crudeza el horror y la cotidianeidad de la muerte, que parecía ser la columna vertebral de una sociedad arcaica.
Bajo la curaduría de Marco Meneguzzo y en colaboración con el Archivo Letizia Battaglia, la exposición, compuesta por ochenta y ocho fotografías, ofrece un primer acercamiento articulado a uno de los iconos más recientes de la fotografía italiana.
Esta exhibición cuenta con el apoyo de la Embajada de Italia, el Instituto Italiano de Cultura, el Archivo Letizia Battaglia y la Asociación Cultural Italiana.